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“Cada presidente tiene los asesores que se merece”: Ernesto Ottone

El sociólogo y ensayista Ernesto Ottone acaba de lanzar su libro “Crónica de una odisea: del estallido social al estallido de las urnas”, una vibrante mirada a los últimos tres años, que se plantea contra la violencia y bastante crítica del gobierno de Boric, por no asumir totalmente que la correlación de fuerzas le exige un cambio de timón mayor. “El Presidente tiene dos yo: uno de Estado, otro revolucionario”.

-Tu libro tiene un recorrido temporal y hacia el final hablas del plebiscito de salida. Eres muy crítico de la reacción del gobierno. ¿No entendió el resultado, no hizo la lectura que tenía que hacer?

-Yo creo que todavía no la hace. No entiende la magnitud de la derrota. La correlación de fuerza en el país no era la que ellos en el Gobierno pensaban. El Chile real es distinto a un sector movilizado tras una doctrina como el Frente Amplio. Es ese Chile real, el que se expresa el 4 de septiembre, porque ahí se expresa la persona que está en su casa, que va a trabajar, que no está movilizada tras una ideología.

-¿Boric con los indultos vuelve a estar en disonancia con la población?

-Es muy raro cómo actúa el gobierno pero sobre todo el presidente. Porque hay sectores en el gobierno que son radicales, doctrinarios y que tienen un pensamiento que es ajeno a una democracia liberal. Como el Partido Comunista. La revolución no es compatible con la democracia. Lo propio de un régimen revolucionario es la concentración del poder para cambiar y refundar una sociedad. Hay sectores del Frente Amplio en esa misma órbita.

-¿Por qué dices que el Presidente te sorprende?

-Este es un gobierno que está en una situación muy misérrima de apoyo popular. Es un gobierno de minoría. Boric es como que tuviera dos personalidades. Una que se da cuenta de eso y de que está a cargo de un Estado. Y que por lo tanto tiene que dar pasos para establecer políticas públicas para hacer los cambios de acuerdo a la voluntad de la gente, que es lo propio de la democracia. Escuchar. Porque no está el horno para bollos. De una parte está eso y de otra parte está su otro yo, que es un yo doctrinario, revolucionario. Y ese yo tiene que responderle a los suyos, a la tribu, al lote.

-¿Entran en conflicto?

-Esos dos yo, políticamente, siempre están en cuestión. Él le pide a Carolina Tohá que trate de hacer un acuerdo nacional sobre seguridad y en medio de eso produce un indulto. Y no es un indulto a jóvenes inocentes que tiraron una piedra, hicieron un grito. No: son delitos comprobados, delitos que la justicia condenó. Y después empieza toda una comedia de equivocaciones: salen a la luz los Tres chiflados. Entonces Boric dice una cosa, Vallejo dice otra. Y al final terminamos en esta especie de comedia, este esperpento en el que estamos hoy.

-Fuiste asesor del segundo piso durante el período del expresidente Ricardo Lagos. Ascanio Cavallo dijo que ahí había una debilidad enorme en los asesores. ¿Estás de acuerdo?

-El tema de los segundos pisos es complejo porque depende de cada presidente. Y es el presidente el que los conforma con mucha libertad. Yo no conozco mucho a la gente del segundo piso, conozco algunos asesores. Pero los hechos hablan por sí solos. En todo caso, Chile es presidencialista y al final es el presidente el que toma las decisiones.

-Pero el asesor tiene la obligación de decirle al presidente que está equivocado, por ejemplo.

-El asesor es un consejero, un consejero que tiene que dar la opinión más sincera y más fuerte que tenga sobre eso. Pero al final es el presidente el que toma la decisión. El presidente tiene los asesores que se merece.

 

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