Politica

La gran cocina por el Apruebo: Ganar a toda costa.

En todo lo de fondo, el acuerdo es malo. No toca todos los temas importantes y aun si se implementara, tal como se propone, tampoco garantizaría funcionalidad. Como dice el viejo refrán: “muchos cocineros estropean el caldo”. En este caso, es evidente que se podrían arreglar algunas cosas puntuales después del plebiscito, pero el texto definitivo solo resultaría en algo más incoherente, confuso y contradictorio de lo que ya es.

Una de las cosas que queda clara después de la presentación del acuerdo oficialista por el Apruebo es que la nueva Constitución es mala. A nadie le gusta, ni a los jefes de los partidos políticos que redactaron el documento. El chiste se cuenta solo, si la propuesta fuera mínimamente aceptable, los partidos del gobierno no se estarían poniendo de acuerdo para cambiar sus pilares fundamentales.

En el fondo, lo que están diciendo los presidentes de los partidos, los senadores, los diputados, los alcaldes, los concejales y todos los demás dirigentes políticos que redactaron el acuerdo o sonrieron para la foto en su presentación, es que la propuesta constitucional no solo es deficiente en lo fundamental, sino que además es peligrosa para el país. Admiten que es tan peligrosa, que de aprobarse tendría que modificarse de inmediato.

Lo que no dicen, pero que es obvio, es que quienes harían las modificaciones serían ellos mismos. Es decir, quienes hace tan solo dos semanas decían que el texto había que aprobarlo sin modificaciones, hoy dicen no solo que tendría que hacerse con modificaciones, sino que dicen que las modificaciones las tendrían que hacer ellos mismos. Dicho de otra forma, piden que las personas voten por un texto malo para que luego lo arreglen ellos.

No dicen que tienen que participar expertos (la opción favorita de los ciudadanos), ni tampoco dicen que tienen que participar los vecinos (lo que fue la condición sine qua non para comenzar con el proceso). Dicen que lo harán ellos mismos. Es decir, en la cocina política. Increíble pero cierto. Sugieren que los arreglos fundamentales se harán entre cuatro paredes, entre gallos y medianoche, en un gran negociado político a costo de quién sabe qué cosa.

Por Kenneth Bunker

 

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