José Miguel Vivanco, ex director de Human Rights Watch, aborda la decisión del fiscal de la Corte Penal Internacional de abrir una investigación por crímenes de guerra en Ucrania. “Se ha logrado corroborar el uso de armas de racimo, que están estrictamente prohibidas”, sostiene.
-¿Putin ha cometido crímenes de guerra?
-Toda la información que ha surgido de esta invasión deliberada, no provocada, por parte de Putin, refleja que se estarían cometiendo crímenes de guerra. Porque se están atacando objetivos civiles. Pero más aún: Human Rights Watch (HWR) ha logrado corroborar el uso de armas de racimo, que están estrictamente prohibidas como munición de guerra. El solo hecho de usar bombas de racimo es un crimen de guerra.
-¿Por qué son tan dañinas?
-Se llaman de racimo porque en la medida que se acercan al objetivo se multiplican en pequeñas bombas. Y no tienen capacidad de precisión. Es absurdo hacer una operación quirúrgica de ataque con armas como esas. La principal obligación jurídica de cualquier conflicto armado es proteger a la población civil y distinguir entre combatientes y no combatientes. Al usar estas armas se estarían cometiendo crímenes de guerra en este instante, que son únicamente responsabilidad de Rusia. Esto es gravísimo.