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Ricardo Mewes: “El Estado es un mal administrador”

El dirigente gremial pide a la oposición sentarse de vuelta a la mesa de seguridad que encabeza la ministra Tohá. Aunque reconoce avances en los vínculos con las autoridades, cree que “falta mucha interrelación del Gobierno con el mundo empresarial” y que “el Estado es un mal administrador”. Considera que el Ejecutivo ha dejado de lado la evidencia para impulsar el “impuesto a los súper ricos”. Además, critica la política comercial gestionada por el subsecretario Ahumada: “Por no tomar decisiones oportunas, se causa un daño. No nos podemos dar esos lujos”.

 

-¿En los hechos, no en las palabras: ¿Este gobierno siente aprecio por los grandes empresarios?

 

-Hemos estado trabajando para generar esa confianza. Es una confianza que, por lo demás, en el Encuentro del Comercio en septiembre pasado yo le planteé al Presidente: “Presidente, quiero regalarle cuatro ‘c’: confianza, crecimiento, competitividad y compromiso”. Y él lo tomó. Lo replicó en un evento de la Cámara de la Construcción, después en la Sofofa. Creo que desde ahí en adelante hemos ido trabajando con los ministros, y me da la impresión de que es más aprecio del que teníamos cuando el Gobierno partió. 

 

-¿Cómo usted observa hasta ahora la política económica del Presidente?

 

-Hay una serie de reformas que nos tienen complicada la vida. Cuando uno las mira por separado claramente hacen bastante sentido, pero en un escenario complejo, de incertidumbre, en que tenemos por delante un proceso constitucional, tenemos por delante un bajo crecimiento económico, todas en su conjunto complican al empresariado. Hay mayores costos que las empresas, y particularmente las más pequeñas, van a tener que afrontar.

 

-¿Cuál es la reforma que tiene mayor impacto negativo, a su juicio?

 

-Lo logramos subsanar en el acuerdo, pero la de 40 horas tiene un impacto en la pequeña y mediana empresa. Por supuesto que en las grandes también, pero tienen más capacidad y más tiempo también, dentro del proceso de gradualidad, para adaptarse. Pero, por ejemplo, el sector gastronómico está complicado, le va a costar más que otros, con mayores costos por los turnos. Y muchos otros. 

 

-Eso llevaría a pensar que la idea es mala.

 

-Yo creo que la idea no es mala. Desde el punto de vista de si miramos al trabajador, su entorno, mejor calidad de vida, por supuesto que es una buena idea. Lo que pasa es que tiene que haber mecanismos de adaptabilidad en función de los sectores, de las regiones, de la estacionalidad. Por ejemplo, estamos en pleno verano, hay balnearios donde se necesita tener abierto todos los días de la semana porque además ahí generan los ingresos que probablemente no van a tener durante todo el transcurso del año, y para esos sectores necesitamos una mirada especial, con espacios de adaptabilidad con los trabajadores.

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