
La tranquilidad del lago Vichuquén se ha visto alterada en los últimos días por un fenómeno inquietante: decenas de peces aparecen muertos a orillas del balneario, generando preocupación entre los vecinos y veraneantes de la zona.
Lo que para algunos podría parecer un hecho aislado, en realidad responde a un problema mayor que viene arrastrándose hace años. El lago ha sufrido las consecuencias de la contaminación y, especialmente, del ingreso de agua salada desde el mar, producto de un manejo irregular de su desembocadura. Pese a la existencia de protocolos de control, la salida hacia el océano permanece abierta debido a un recurso judicial que impide cualquier intervención.
“Acá mueren roncadores, lisas, carpas… todos terminan en la orilla. Eso no es normal”, relata con preocupación uno de los denunciantes mientras muestra las imágenes captadas en el sector La Península.
La postal contrasta con el atractivo turístico que históricamente ha caracterizado al lago, hoy marcado por la incertidumbre y la urgencia de buscar soluciones que devuelvan la vida a sus aguas.