Factores laborales, financieros, personales y sociales inciden en someter al cuerpo a una presión que puede generar problemas de salud mental y físicos.
El estrés es un enemigo silencioso que afecta a millones de personas en todo el mundo y, por lo mismo, hay que estar atentos a todas las señales que da el cuerpo. La recomendación es no ignorar los síntomas que se pueden ir presentando y que pueden derivar en problemas de salud físicos y mentales. Sin ir más lejos, recientemente el alcalde de Coquimbo Alí Manoucheri vivió una situación que terminó con su hospitalización y el diagnóstico de vasoconstricción reversible. También se conoció el caso de la conductora de televisión Tita Ureta, a quien le pasaron la cuenta los días agitados y la constante necesidad de dar respuesta a todas las obligaciones adquiridas.
¿Por qué si nos vemos sobrepasados no paramos? La académica del Departamento de Psicología de la Universidad de La Serena, Dra. Susan Galdames, experta en psicología de la salud, explicó que “a pesar de que somos seres integrales, tenemos la capacidad de disociar o separar las necesidades corporales posponiendo su satisfacción para alcanzar un logro”.
Este mecanismo, añadió, “nos ayuda a sobrevivir en situaciones de peligro o de alta exigencia, el problema es cuando se abusa de ello y se transforma en algo constante”. Y advirtió que “inclusive hay quienes buscan la estimulación de energía extra a través de fumar, tomar café, azúcares, entre otros, para seguir en estado de activación”.
Siendo así, y considerando que el estrés es una respuesta a situaciones de presión o amenaza y tiene efectos muy negativos en la salud, lo primero que debemos hacer, según la experta, “es establecer un sistema de autocuidado personal que asegure algunos requisitos básicos, por ejemplo, momentos de descanso, respiración, mindfullness, que toman poco tiempo”. También, dijo, hay que tomar agua, caminar, tener momentos de desconexión.
Por ejemplo, agregó se puede usar el celular con alarmas para acordarnos de algún hábito saludable. “El punto es el compromiso personal con el autocuidado, la conciencia y aceptación de nuestras limitaciones como seres humanos. Esto varía con la edad también, hay que hacer ajustes, aunque a la sociedad no le acomode, ya que efectivamente estamos en una vorágine de exigencias”, aseguró.
La experta además hizo hincapié en que “para algunas personas se podría generar una depresión cuando la presión social exige la perfección, o para otras, ansiedad; en general depende de los recursos socioafectivos con que cuenta cada una, es decir, los vínculos afectivos sanos”.
Así, el estrés es un problema serio que requiere de atención y acción; es importante reconocerlo como una señal de que el cuerpo necesita un cambio y no como un evento de debilidad, por eso los expertos recomiendan parar de nuestras actividades y darnos un descanso cuando ya la calidad de vida se vea afectada, de esa forma se protege la salud y bienestar personal, logrando una vida equilibrada, plena y satisfactoria.