El exdirector del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos señala que “medidas, destinadas a rebajar la dignidad del poder judicial rompería los necesarios equilibrios propios de una democracia afectando gravemente la posibilidad de proteger los derechos humanos frente a un gobierno despótico (véase los ejemplos de Nicaragua, Venezuela, Turquía, entre otros).
Crear las condiciones para garantizar el respeto a los derechos humanos y la fortaleza de la democracia debería ser una preocupación central de la Convención Constitucional.
Sin embargo, hay al menos hay dos pilares fundamentales en la arquitectura constitucional para la protección de los derechos humanos que parecen estar siendo atacados y puestos en cuestión en los debates de la Convención.
Uno tiene que ver con el origen mismo de los derechos humanos, esto es limitar el poder del Gobierno frente a los ciudadanos y en esa línea un aspecto principalísimo es la separación de los poderes del Estado, de manera que el que hace las leyes no sea el que las aplica y que exista un poder independiente del poder político que encare los conflictos y garantice que habrá una justicia imparcial y sometida a procedimientos conocidos.